La huella ecológica es el indicador que sirve pare medir el impacto ambiental generado por la demanda humana que se hace de los recursos existentes en los ecosistemas del planeta relacionándola con la capacidad ecológica de la Tierra de regenerar sus recursos.
– Indicador es la medida que sirve para informar sobre la evolución de un determinado sistema. Los indicadores pueden medir las señales de forma cuantitativa o cualitativa. Su finalidad es aportar datos de la realidad de forma simple y clara.
– Sostenibilidad es el nombre que se utiliza para definir el delicado equilibrio entre la productividad prolongada a lo largo del tiempo y el mantenimiento de la biodiversidad. Para medir el grado de sostenibilidad se utilizan distintos tipos de indicadores. Cada uno de ellos incide en un aspecto determinado sobre el medio ambiente, como por ejemplo, su estado, o evolución ante las medidas adoptadas.
– Indicadores estado: Se encargan de medir los niveles de vegetación, desertización, cantidad de terrenos aptos para el cultivo, etc.– Indicadores respuesta: Miden los porcentajes de bosques sometidos a regulación, zonas protegidas, etc.
– Indicadores estado: Se encargan de medir los niveles de vegetación, desertización, cantidad de terrenos aptos para el cultivo, etc.– Indicadores respuesta: Miden los porcentajes de bosques sometidos a regulación, zonas protegidas, etc.
Por tanto los indicadores de sostenibilidad son herramientas que se utilizan para informar de la situación y evolución del medioambiente, ver como la actuación humana impacta en ella y buscar soluciones.
– Indicadores impulso: Sirven para medir el grado y la intensidad de la tala de árboles en los bosques o la emisión de gases nocivos como el óxido de azufre o nitrógeno.
Se precisan grandes extensiones de cultivos para atender las necesidades básicas de la población. Esto provoca una degeneración del suelo, la paulatina desaparición de la biodiversidad y el ecosistema y la dependencia de sistemas de locomoción mecánicos ya que las distancias se vuelven mayores. Esta necesidad a su vez provoca que cada vez tengamos mayor dependencia de los derivados del petróleo y los combustibles de origen fósil.
Se precisan grandes extensiones de cultivos para atender las necesidades básicas de la población. Esto provoca una degeneración del suelo, la paulatina desaparición de la biodiversidad y el ecosistema y la dependencia de sistemas de locomoción mecánicos ya que las distancias se vuelven mayores. Esta necesidad a su vez provoca que cada vez tengamos mayor dependencia de los derivados del petróleo y los combustibles de origen fósil.
Todo ello deja tras de sí lo que se conoce como huella ecológica que cada vez aumenta más y resulta más patente. Cualquier acción por mínima que sea, impacta de una u otra forma sobre el ecosistema.
En octubre de 2010, la red global de medición de la huella ecológica (Global Footprint Network) presentó el último informe elaborado a partir de los datos obtenidos en 2007, y sus conclusiones muestran una tendencia consistente y alarmante: se confirma un crecimiento continuo de la presión sobre los recursos biológicos.
¿Cómo se calcula la huella ecológica?
Realizar los cálculos del impacto ambiental que cada uno de nosotros provocamos de forma individual no es una tarea fácil. Sin embargo existen aproximaciones y métodos para realizar los cálculos de manera más o menos aproximada.
– Número de hectáreas que se necesitan para urbanizar
– Número de hectáreas que se necesitan para la producción alimentaria
– Número de hectáreas que se necesitan para procesar la cantidad de dióxido de carbono que emitimos
– Superficie marítima que se precisa para obtener pescado
– Número de hectáreas que se necesitan para la producción alimentaria
– Número de hectáreas que se necesitan para procesar la cantidad de dióxido de carbono que emitimos
– Superficie marítima que se precisa para obtener pescado
Se mide el consumo aparente a través de la siguiente ecuación:
Consumo = P (Producción) – E (Exportación) + I (Importación)
Se transforma el consumo aparente en superficie productiva en base a la siguiente ecuación:
Huella ecológica = C (Consumo) / P (Productividad)
De la comparación de ambos valores para una región determinada se deduce que si la huella ecológica es mayor que la biocapacidad, se genera un "déficit ecológico". Esto determina que tal exceso de consumo es posible a costa de utilizar recursos de otros territorios o en detrimento de las generaciones futuras.
A nivel mundial, el mayor porcentaje de la huella ecológica proviene del área boscosa necesaria para absorber las emisiones de dióxido de carbono, siendo éste de 53%, seguido por el área necesaria para cultivos con el 22%. Es de resaltar que los países considerados desarrollados poseen mayor incidencia sobre la huella de carbono, mientras que los países en vías de desarrollo lo hacen sobre la huella de cultivos. A su vez, la mitad de la biocapacidad mundial se concentra en ocho países, siendo Brasil el de mayor porcentaje con el 14.4%, seguido por China con 11%. No obstante, la huella ecológica de China supera su biocapacidad en un 100%, es decir, su déficit ecológico es exponencialmente mayor a su capacidad de renovación de los recursos naturales.
A nivel mundial, el mayor porcentaje de la huella ecológica proviene del área boscosa necesaria para absorber las emisiones de dióxido de carbono, siendo éste de 53%, seguido por el área necesaria para cultivos con el 22%. Es de resaltar que los países considerados desarrollados poseen mayor incidencia sobre la huella de carbono, mientras que los países en vías de desarrollo lo hacen sobre la huella de cultivos. A su vez, la mitad de la biocapacidad mundial se concentra en ocho países, siendo Brasil el de mayor porcentaje con el 14.4%, seguido por China con 11%. No obstante, la huella ecológica de China supera su biocapacidad en un 100%, es decir, su déficit ecológico es exponencialmente mayor a su capacidad de renovación de los recursos naturales.
La biocapacidad total de Argentina es de 7.5 gHa por persona, ocupando el noveno lugar a nivel mundial, con el 2.5% de la biocapacidad total. La huella ecológica nacional se estima en 2.6 gHa por persona, representada en un 31% por la huella de cultivos y un 29% de área boscosa necesaria para absorber el dióxido de carbono emitido. Estos porcentajes señalan que la huella ecológica nacional alcanza en un 35% de la biocapacidad, por ende “financia ecológicamente” a aquellos países que se encuentran en déficit.
– Consume con moderación. Las compras compulsivas hacen que aumente la presencia de residuos. Al consumir menos colaboras con el medio ambiente y además ahorrarás.
– Cambia las bombillas y electrodomésticos por otros de bajo consumo.
– No malgastes el agua. Utiliza la lavadora cuando esté llena y a la menor temperatura posible.
– El desagüe no es el lugar idóneo para arrojar el aceite usado o productos contaminantes.
– Recicla todo lo que puedas y compra papel reciclado y sin cloro para evitar el incremento de las emisiones de CO2 y la tala de árboles.
– Los productos tóxicos o peligrosos han de ser llevados al punto limpio para ser eliminados convenientemente.
– Siempre que sea posible es preferible comprar productos autóctonos. Hay que recordar ir siempre provisto de bolsas para las compras.
– Lo más adecuado, además de saludable, es caminar o utilizar la bicicleta o el transporte público como alternativa al vehículo particular. Si no hay más remedio que utilizarlo, lo más ecológico es compartirlo con otras personas para ir al trabajo o en trayectos habituales.
Para finalizar los invito a que calculen su "huella ecológica" visitando http://www.tuhuellaecologica.org/
Allí encontrarán 4 interesantes encuestas sobre los consumos de ENERGÍA, AGUA, TRANSPORTE Y RESIDUOS. Tomense unos minutos para hacerlo porque ayuda a evaluarnos y tomar conciencia de nuestros hábitos. Además, al final de cada encuesta nos brindan un "Análisis de tu Caso" donde resaltan los buenos hábitos, objetan los malos y te brindan consejos para mejorar.
Espero que les se de utilidad...
0 comentarios:
Publicar un comentario